Un lugar especial para la emoción

keyboard_arrow_down

Un lugar especial para la emoción

Bruno Dufourmantelle sitúa la pintura en el centro de la realidad, y gasta en torno a ella todo su capital de emoción y sensibilidad. Cada uno de sus cuadros parece sugerir la totalidad de la realidad, siendo al mismo tiempo sólo una parte de esa totalidad. ¿Por qué pintar? "Porque es una forma de bajar la materia al nivel de los sentidos... La pintura sólo me interesa si puede permitirme tener una relación con otras de ese orden.

A Bruno Dufourmantelle le molesta el concepto de pintura, que a su juicio preside todas las formas de creación en la actualidad. A través del acto de pintar, trata de desentrañar el misterio de sus propias emociones. Su argumento es muy claro: la pintura está llena de sorpresas. Es la realidad confusa que recomponemos. Pintar es un momento de repliegue sobre uno mismo, y el gesto es el conductor de una música sutil que se mantiene lo más cerca posible de lo esencial, cuando sólo quedan el color y la luz. Un lienzo, dice, "acaba por no apoyarse en nada". Trabajar con el color es tan preciso como trabajar con una nota".

Y es la luz lo que empieza a trabajar en sus cuadros, mediante un proceso (incorpora pequeños trozos de papel de valor variable, incluso pequeñas hojas de oro, a la pintura aún fresca), Este proceso es tan bueno como cualquier otro, y no valdría la pena detenerse en él si no fuera porque permite que el fondo de pintura depositado sobre el lienzo resurja y suba a la superficie, en un movimiento de ida y vuelta entre el mate y el brillo, y permite así al artista comenzar su pintura abordando inmediatamente el problema de la luz...

Luego viene el color, mezclado con el gesto. Bruno Dufourmantelle pinta con los dedos: "Hay algo primigenio en la pintura, como la huella de una pisada en la tierra.

In su estudio, dispone de muy poco espacio para trabajar y ver sus lienzos, pero aprecia la densidad de esas grandes superficies que se le resisten y en las que "hay que empujar puertas"... como si no hubiera otra forma posible de encontrar lo único que le interesa -una relación con el otro del orden de la emoción- que pasar por un acto primario que sólo la pintura puede captar.

Bruno Dufourmantelle parece pensar que, al igual que los artistas que más le influyeron, Giacometti y Rothko -y de los que hoy parece tan alejado-, la pintura es la única manera de captar la emoción, y que es el mejor lugar para hacerlo, porque las contradicciones entre impulsos y conceptos se incrustan en una especie de danza o movimiento lúdico. Entre otras tiradas de dados, la que abolió la dicotomía entre abstracción y figuración le ha permitido hoy intentar este encuentro entre la abstracción y la apariencia, casi sin que él lo sepa, de esos cuerpos que se le han impuesto y que no quiere "falsificar" mientras busca la manera de "meterse detrás de la piel".

La elección de pintar tiene un significado. Que sea la emergencia de una nueva forma de pensar, comparable a una hoja de papel, con la emoción y la sensibilidad en el anverso y el pensamiento en el reverso, puede sorprender a algunos, pero tal insistencia en un sistema cerrado como el universo, Pero tal insistencia, en un sistema cerrado como el universo, en tender así hacia el orden, el orden del pensamiento, hacia el desorden, el desorden de la emoción, visto en realidad como el garante de un equilibrio necesario en el tiempo, tiene el mérito de ser una preocupación muy contemporánea, y de afirmar la estructura del edificio artístico actual...

Nadine Descendre
Bellas Artes - 1988

es_ES